Dice la Escritura: «La lengua es un miembro pequeño, y sin embargo hace grandes alardes (…) La lengua constituye un mundo de injusticia entre nuestros miembros, porque mancha todo el cuerpo» (Santiago 3: 5, 6). La lengua del secretario de Gobierno tiene tanta saliva como para mancharse él y manchar a los demás. «Me canso ganso», dijo en un alarde de poder, amenazando una embestida en contra del fiscal Jorge Winckler. Y la embestida se dio, pero lo único que consiguió fue manchar a los que embistieron. Le pidió a la Guadalupana la salida del fiscal, se lo pidió a Santa Claus, pero el gordo no le hizo caso; finalmente se lo pidió a los Santos Reyes, pero la mañana del domingo 6 de enero, al buscar debajo de la cama, no encontró la renuncia del fiscal.
Imagine usted la pataleta de Éric Patrocinio Cisneros Burgos al ver que no hubo regalos cerca de sus zapatos. Ante tal situación, a Patrocinio Cisneros no le queda otra que poner a trabajar de nuevo la lengua y a la primera oportunidad se va en contra del fiscal del estado, diciendo que éste privilegia a los extranjeros, refiriéndose a los norteamericanos que fueron agredidos en su domicilio por policías. Vale señalar que en este caso el secretario de Gobierno dijo que los extranjeros habían sido detenidos en el camino, en una camioneta Toyota, portando armas largas. Cosa que los videos y el gobernador desmintieron.
Éric Cisneros compara a Winckler con la Malinche que «siempre privilegiaba a los extranjeros, y no es que no tengan derechos (los norteamericanos), pero yo preguntaría, en una reacción tan rápida beneficiando a alguien, ¿así de pronta es la justicia que ha perjurado para los indígenas y los veracruzanos». ¿Cuánto le durará el berrinche al niño Cisneros?
Comentarios