La semana pasada le informamos que ya suman dos menores migrantes muertos bajo la custodia de las autoridades migratorias de los Estados Unidos. Los decesos de los pequeños, ambos de origen guatemalteco, encendieron las alertas del gobierno de Guatemala y de las organizaciones civiles dedicadas a la protección de las personas que se han visto en la necesidad de migrar con la esperanza de alcanzar el sueño americano. Y luego de que se exigiera una explicación sobre las causas por las que ambos perdieron la vida, el gobierno norteamericano se ha deslindado de la situación argumentando que se hizo todo cuanto se pudo para salvar a los pequeños.
Ha sido Kevin McAleenan, quien es el jefe de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, el que ha dado la cara y explicado que los agentes y el personal que estuvo a cargo de la atención médica, actuaron de manera responsable y procuraron que los niños recibieran los cuidados que necesitaban. Hay que recordar que, en ambos casos, los niños se vieron acompañados por sus padres, y de acuerdo con la información proporcionada se sabe que estuvieron a lado de sus hijos hasta el momento de su fallecimiento.
Como usted recordará, el primer caso fue el de una niña detenida por la patrulla fronteriza que, dada su situación tan delicada fue trasladada de inmediato a un hospital, pero poco se pudo hacer pues murió poco después. El segundo caso documentado se trató de un niño que fue canalizado a un centro de detención en donde empezó a mostrar síntomas se enfermedad por lo que fue trasladado al nosocomio. Luego de ser dado de alta regresó a las instalaciones de la Oficina de Aduanas en donde perdió la vida días después. Frente a esto, el gobierno se ha comprometido a poner en marcha revisiones más minuciosas para prevenir más muertes de menores migrantes.
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