A principios del mes de noviembre, en Francia surgieron protestas ciudadanas que expresaban su inconformidad ante el alza en los precios de los combustibles. Enfrentamientos entre civiles y autoridades, destrozos en plazas y avenidas y la caída del turismo fueron algunas de las cosas que provocaron los autonombrados chalecos amarillos, es decir, personas que utilizan los típicos chalecos fosforescentes que comúnmente utilizan los choferes y ciclistas. Hay que recordar que el conflicto escaló a niveles tremendos que el gobierno tuvo que decretar medidas extremas para proteger a la población.
Ahora, luego de más de un mes de haberse iniciado el movimiento, las calles vuelven a ser tomadas de modo que, para desgracia de los habitantes y turistas, aquel país recibirá el año nuevo en medio de protestas. Y es que desde hace algunos días parecía que el movimiento social había perdido fuerza, esto porque ya no veían grupos tan nutridos en las calles como cuando inició la gresca. Sin embargo, poco duró esa sensación entre quienes habitan en Paris, ciudad que ha concentrado el mayor número de protestas, y también las más agresivas.
Frente a toda esta situación, el gobierno parisino ha informado que no se suspenderán las celebraciones para recibir al nuevo año. Como ya es tradición, las festividades se llevan a cabo en su avenida más lujosa y famosa, Los Campos Elíseos, pero hay un problema,” los chalecos amarillos” también se han organizado para acudir a manifestarse en esta zona de la ciudad, aunque han dicho que lo harán de forma pacífica. Para garantizar el orden, se espera un fuerte operativo de seguridad que salvaguarde la integridad de habitantes y visitantes
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