Cuando Rafael Moreno Valle llegó a gobernar Puebla, las autoridades tenían detectadas 73 tomas de robo de combustible, cuando Rafael Moreno Valle deja el gobierno de Puebla ya había mil 533 tomas clandestinas, negocio redondo del huachicoleo. En Puebla, el robo de combustible se volvió un negocio más lucrativo que el narcotráfico, el secuestro y la extorsión. A Moreno Valle se le vinculó incluso con líderes del huachicoleo, como Rafael Valencia Ávila, quienes no tuvieron empacho en presentarse en la campaña de Martha Érika Alonso.
Cabe mencionar que la orografía de Puebla es idónea para hacer tomas las clandestinas en este territorio. Esta circunstancia ha sido aprovechada por el crimen organizado para vincular a las poblaciones a este tipo de delito. Se sabe de pueblos enteros que viven del rodo de combustible, de pobladores que han dado la vida para defender su modus vivendi.
En este delito han estado involucrados todos los niveles de gobierno, desde el federal con Pemex y la Policía Federal, el gobierno estatal, que señala hasta los gobernadores y el municipal. Cabe señalar por ejemplo que uno de los líderes del huchicoleo, Rafael Valencia Ávila, fue el alcalde de Venustiano Carranza, uno de los puntos de huachicoleo.
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