Y es que la campaña de desprestigio, impulsada por la clase empresarial y la Fundación Mexicanos Primero, pintó a los maestros como flojos y rijosos ante los ojos de la sociedad. Por esa razón, resulta contrastante las palabras del actual mandamás de la SEP: «Éste fue un daño enorme que se le hizo a la profesión magisterial, que debe de ser orgullo de todo nuestro país».
Ojalá y el magisterio mexicano sepa corresponder a todos los esfuerzos que se harán para elevar la calidad educativa. Por esa razón, no se deben olvidar los efectos nocivos y consecuencias que dejó la mal llamada Reforma Educativa.