Armando Ortiz / No es lo mismo un juez que un magistrado o un ministro. Cada uno tiene sus propias responsabilidades dentro del ámbito judicial. Obviamente jerárquicamente son los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación los que tienen la última palabra. El puesto de magistrado debe de ser muy bueno, pues para ocupar una de las 13 plazas de magistrado que se ofertan se han inscrito 443 aspirantes. Al parecer hasta los que de “panzazo” pasaron por las escuelas de Derecho se pueden inscribir. Aunque no haría mal una maestría o doctorado. Por cierto, pueden preguntar a Zenyazen Escobar donde se consiguen maestrías al vapor. 443 aspirantes entre los que destacan personas con una trayectoria impecable, como Jacobo Domínguez Gudini, pero también gente como Tomás Carrillo, a quien ya no lo aguanta ni su caballo. Por supuesto con un colador se hará una primera selección en donde se descontará a todos aquellos que no llenen los requisitos o que no tengan los méritos para ser magistrados. Después la decisión quedará en manos de Cuitláhuac García quien hará la propuesta al Congreso de estado que ya advirtió, en esta ocasión no habrá “amiguismos”. ¡Ah, qué tiempos aquellos en que, como diría la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda, “ya cualquier pendejo puede ser magistrado”!
En el Congreso de Veracruz barata de juicios políticos; piden juicio para el “porro de Palacio” y para el “favorito” de Palacio
Si Arturo Bermúdez Zurita, el hombre al que debemos pedir perdón los veracruzanos, puede ir al Congreso a pedir juicio político en contra de un funcionario, entonces cualquier veracruzano puede hacerlo. Debe ser la cosa más sencilla pedir juicio político, lo difícil va a ser sustentar las acusaciones por las que se solicita juicio. Bermúdez Zurita, experto en torturas, asegura que fue torturado; experto en extorsiones, asegura que fue extorsionado y de los dos delitos acusa al fiscal Jorge Winckler. Maryjose Gamboa pide juicio político en contra del “porro de Palacio”, ¿por qué?, pues por porro. La bancada del PAN pide juicio político en contra de Zenyazen Escobar, el “favorito” de palacio, pero también en contra de María del Rocío Pérez y Guadalupe Osorno. A estos últimos tres, que ya son funcionarios del gabinete de Cuitláhuac García, los acusan de haber tomado las instalaciones del Congreso del Estado. Todas estas solicitudes se van a comisiones, en donde los leídos diputados que las conforman tomarán la decisión de dar luz verde o luz roja.
Artistas e intelectuales que apoyaron a AMLO, la “luna de miel” terminó
La Zabaleta corría a la Gaviota de Los Pinos porque ya iba a haber más dinero para la cultura. Gael García Bernal y Diego Luna lanzaban promocionales en donde mostraban su repudio a Enrique Peña Nieto, al tiempo que consideraban necesario un cambio, ese cambio que tenía nombre y apellido, Andrés Manuel López Obrador. Lo mismo hicieron varios actores que se pronunciaron por lo que en adelante sería la 4ª Transformación. Pero una vez que entregaron el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 y se dieron cuenta a la Cultura le bajaron 500 millones de pesos, de un presupuesto que de por sí ya era escaso, entonces la “luna de miel” entre intelectuales y artistas terminó. Un grupo, encabezado por Daniel Giménez Cacho, se reunió con Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura y ahí le espetaron que, en éste, como en los otros gobiernos, la Cultura “no es prioridad”. El actor Giménez Cacho señaló que se sentía “defraudado por la actitud del licenciado López Obrador”, pues para él, como para millones de mexicanos, “la cultura no es un gasto superfluo ni es un tema para fifís”. La reducción de presupuesto en la Cultura pondría en riesgo muchos programas culturales que apenas sobreviven con el presupuesto anterior. Cabe señalar que el grupo de intelectuales que apoyó a López Obrador tuvo mucha repercusión a nivel nacional e internacional, pues además de Gael y de Diego Luna también Alfonso Cuarón e González Iñárritu señalaron la urgencia del cambio. Esperemos que todo se resuelva para bien, porque un divorcio entre gobierno e intelectuales sería desastroso.
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