Solamente le falta la capa y el calzoncillo rojo encima del pantalón al líder del SNTE, para sentirse como Superman. Y es que es hasta ahora, Alfonso Cepeda Salas se da cuenta que en el SNTE de su amigo Juan Díaz de la Torre, dejó perder varios derechos laborales por haberse empinado y supeditado al gobierno de Enrique Peña Nieto, en su alocada carrera de apoyar la difunta Reforma Educativa. Y díganme si Alfonso Cepeda Salas no se quiere parece al hijo de Kriptón.
Ahora resulta que, según este líder, el SNTE buscará la recuperación de todos los derechos laborales de sus agremiados, entre ellos, el derecho a proponer a los candidatos para asignar 50 por ciento de las plazas disponibles para que «nuestros hijos o nuestros familiares puedan ingresar por la vía del sindicato», facultad que, dijo, «nunca se debió perder», ¡cómo ve usted semejante mascarada! Lo cierto es que, con la herencia de plazas, muchos líderes se enriquecieron, sin embargo, los hijos de maestros, con perfil y egresados de escuelas normales, perdieron esa oportunidad.
Aún no ha quedado bien definido como se hará el ingreso al magisterio, lo cierto es que de lo rescatable de la Reforma Educativa, fue el ingreso mediante un examen meritorio, aunque a decir verdad, ha quedado patente la falta de experiencia de estos recién egresados. Por cierto, que alguien le diga al remedo de Superman que el voto universal estará muy pronto en las elecciones sindicales y éste será kriptonita pura para sus ambiciones personales.
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