Y es que los agentes de conservación han catalogado este caso de caza furtiva de ciervos como uno de los más grandes en la historia del estado; el cazador se llevaba las cabezas y dejaba los cuerpos tendidos en el piso. Los permisos de caza, pesca y captura fueron revocados temporal o permanentemente para Berry, su padre, dos hermanos y otro hombre que los ayudaba. Estos sujetos han tenido que pagar 51 mil dólares en multas.
El juez Robert George, del condado Lawrence, ordenó que Berry vea la película de Walt Disney por tomar ilegalmente vida silvestre. Ojalá en México fuera considerado este tipo de castigos para acabar con dicho delito y, por lo menos, los cazadores furtivos pisen la cárcel, toda vez estos casos, en este país, suelen quedar en la impunidad, pese a que hay leyes y normas que protegen a la naturaleza de sujetos armados que matan por diversión.