No es lo mismo ser borracho que cantinero, ni es lo mismo ser oposición que ser gobierno. Tal parece que la tónica de gobierno que trata de imprimir Andrés Manuel López Obrador, le cuesta trabajo seguirla a Cuitláhuac García, gobernador del estado de Veracruz. El Ejecutivo federal todos los días informa a los ciudadanos, mediante una conferencia de prensa matutina, sus acciones. En Veracruz no pasa eso, el área de comunicación social está a cargo de un joven inexperto que no conoce ni lo más remoto de lo que es comunicar a tiempo.
De entrada, no se conoce cuál será la estrategia que García Jiménez piensa implementar para detener la ola de inseguridad, que diariamente está arrebatando vidas, sobre todo en el sur del estado. En el área de educación, tampoco se conoce como el novato de Zenyazen Escobar, piensa abatir el rezago educativo y la baja calidad y cobertura educativa.
Cuitláhuac García debe de entender la seriedad que se requiere para gobernar, debe saber que no se puede gobernar un estado con ocurrencias o con improvisaciones, un error en las esferas del poder, tarde o temprano repercutiera en la población. Por eso señalamos que no es lo mismo ser borracho que cantinero, ni es lo mismo ser oposición que ser gobierno. Urge que se comunique esas acciones, o no las hay, o comunicación social, no sabe cómo hacer su trabajo.
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