Armando Ortiz / Y mientras Eric Cisneros se va de fiesta los fines de semana, mientras Cuitláhuac García no perdona su “sabadaba”, Veracruz se desangra. Hasta los periodistas más nuevos saben que las primeras semanas de un gobierno estatal son las más críticas. En el estado se da lo que se llama un reacomodo de fuerzas, en las que los grupos delincuenciales que se disputan los territorios salen a demostrar su fuerza frente a los “otros”, frente a las autoridades. Eso ha pasado, sexenio con sexenio, desde los tiempos de Agustín Acosta Lagunes. Pasó con Fidel, con Duarte, con Yunes y está pasando con Cuitláhuac. ¿No previeron esa situación los encargados de Seguridad? No es posible que el nuevo gobierno haya llegado a tomar el poder sin una estrategia efectiva. ¿No hubo una investigación previa? ¿No hicieron un diagnóstico? ¿No ubicaron las zonas de riesgo? ¿No? ¿Pero que tal los “sabadaba”? El exgobernador Yunes Linares se lo dijo a Cuitláhuac, quien lo tomó como una afrenta, “no es lo mismo bailar salsa que gobernar un estado”. 15 feminicidios se contabilizan en 15 días, masacres de 13 personas en Atzacan, niños asesinados, niños secuestrados. Para la mitad de la semana pasada ya sumaban 48 asesinatos en la era Cuitláhuac. Pero eso parece no importar al nuevo gobierno, ni la madre que pide perdón a su hija por no tener para pagar el rescate, ni el violento secuestro y asesinato en la avenida Ruiz Cortines en Boca del Río. A ellos lo único que les importa es quitar al fiscal, porque quitando al fiscal de su puesto la violencia, como por arte de magia, terminará.
Ya vieron de que pie cojea Eric Cisneros; se llevará a Consulta: “A usted el secretario de Gobierno le parece: ¿Hermoso, lindo o precioso?”
Poco a poco, dos semanas a lo mucho, han sido suficientes para darnos cuenta del perfil del secretario de Gobierno. Un sujeto pragmático, una figura de autoridad, pero además un fanático y como todo fanático, un hombre que se mueve por dogmas. El nuevo secretario de Gobierno no es muy tolerante a la crítica, sobre todo aquella que señala sus defectos; que en 15 días han brotado como el acné de un adolescente. Aunque Eric Patrocinio Cisneros Burgos es un hombre al que se le puede llegar por el ego; sólo vea usted las nuevas amistades que ha adquirido. Esos que alabaron a Fidel Herrera y que señalaron que Duarte habría de ser el mejor gobernador de Veracruz ya empezaron a hacerle su “caldo jarocho” al señor secretario y este se lo bebe con tanto deleite, como un niño bebe la leche de su cereal. Le gusta al nuevo secretario que lo llenen de palabras zalameras, que lo inviten a fiestas donde él sea el centro de atención, que le organicen congresos de caricatura en su tierra natal, aunque en Otatitlán no haya una tradición del tema. Lo que sigue serán esas encuestas a lo Fidel Herrera donde las preguntas serán: “A usted el secretario de Gobierno le parece: ¿Hermoso, lindo o precioso?”. Ya muchos se dieron cuenta de esa debilidad de Patrocinio, de como cojea su ego cuando le dicen inteligente, apuesto, sagaz. Ya hay quienes lo anuncian como el próximo gobernador, aunque como secretario de Gobierno se comporte como el Rey Midas al revés, ese que todo lo que toca lo convierte en mierda; ¿verdad Solecito?
Eric Cisneros, Convenio con Marina 60 muertos después; taparle el ojo al macho
El gobierno de Cuitláhuac García lleva ya 16 días de gobierno. Les urgía tanto llegar a ser gobierno a los de Morena que Cuitláhuac tomó protesta cuando todavía era noviembre. ¿Y para qué tanta urgencia? ¿Para solucionar los problemas de inseguridad de los veracruzanos? No. Les urgía irse como jauría sobre sus enemigos políticos. ¿Cuántos días se tomó el secretario de Gobierno en su campaña en contra de Jorge Winckler, fiscal del estado? Tantos que, después de 60 muertos, incluyendo 15 feminicidios y muertes de infantes, a lo que habría que sumar varios secuestros de niños, apenas al secretario de Gobierno se le ocurrió ocuparse del tema de la seguridad. Patrocinio Cisneros ya había declarado que los problemas de inseguridad terminarían cuando Jorge Winckler renunciara. Pero no ha renunciado Winckler y los problemas de inseguridad se agravan. Es por ello que, para taparle el ojo al macho, el secretario de Gobierno, 16 días tarde, y 60 muertos después, apenas hizo un Convenio: “En el Gobierno de Veracruz celebramos el convenio de colaboración entre fuerzas navales representadas por el titular de la Secretaría de Marina-Armada de México, Almirante Rafael Ojeda Durán y el gobernador Cuitláhuac García Jiménez. Vamos a construir la paz para que el Estado sea un mejor lugar para vivir”.Y así, como por decreto, la paz se empezará a construir en Veracruz, otra vez, como por arte de magia. Ojalá nos equivoquemos, pero dentro de 15 días nos daremos cuenta si ese Convenio es efectivo o sólo fue una estratagema para distraer a los veracruzanos con la esperanza de la paz.
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