Luego del ritual que llevaron a cabo integrantes de los pueblos originarios de Chiapas, el expresidente Felipe Calderón escribió en sus redes sociales que lo más importante es contar con estudios reales del impacto ambiental que tendrá la obra del Tren Maya. Es necesario, dijo, escuchar las voces de los expertos para que se expongan las afectaciones colaterales que traerá el proyecto a Calakmul y a Sian, dos de las reservas naturales más importantes de México.
Fue a través de su cuenta oficial de twitter donde el exmandatario escribió: «Está bien pedirle permiso a la Madre Tierra: el procedimiento para hacerlo es hacer una evaluación de impacto ambiental y presentar la solicitud a SEMARNAT, que deberá determinar con ayuda de expertos la viabilidad o inviabilidad de la obra, con criterios de sustentabilidad». De inmediato, los seguidores de AMLO se le fueron encima y descalificaron, como ya es su costumbre, cada una de las palabras de Calderón.
Pero seamos honestos, la petición de un estudio de este tipo es algo que han pedido amplios sectores de la sociedad, no debemos dejar de lado que la obra tendrá efectos negativos para la flora y fauna de la región, pero también para el día a día de miles de integrantes de pueblos originarios que han acusado que no se les tomó en cuenta para la discusión del Tren Maya. Un análisis a profundidad de los pros y contras del mega proyecto, daría más certidumbre tanto a quienes lo apoyan como a sus detractores.
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