De esta manera queda formalmente iniciada la construcción de la obra más ambiciosa del gobierno de López Obrador, misma que ha encontrado muchos detractores que acusan que causará un impacto ambiental negativo en toda la región. Incluso, usted recordará porque aquí se lo informamos, organizaciones de pueblos indígenas se manifestaron recientemente en contra de la obra, y pidieron al presidente les consultara antes de iniciar con el mega proyecto, cosa que no sucedió.
El Tren Maya atravesará los estados de Chiapas, Yucatán, Campeche, Tabasco y Quintana Roo, y de acuerdo con su impulsor, la construcción traerá consigo un importante beneficio para los habitantes de toda la región y detonará el desarrollo económico en el sureste mexicano. Por lo pronto, con aguardiente y comida típica han convencido a la madre tierra para que autorice la construcción. Estamos seguros de que en el camino tendrá opositores a los que tendrán que convencer, y no precisamente con tortillas y bebidas alcohólicas, de que esta construcción conviene a todos.