A todas esas personas que discriminan a las comunidades indígenas por su lengua, vestimenta o sus costumbres, aquí les dejamos un caso para que dejen de hacerlo. Y es que Bertha Alicia Carrillo Castro, rarámuri, una comunidad indígena del norte de México, se convirtió en la primera mujer en negociar con médicos y enfermeros mestizos para que los pacientes de la Sierra Tarahumara fueran respetados y no discriminados. Su logro quedó plasmado en una tesis que ella misma hizo para titularse y obtener el grado de Maestra en Enfermería.
«A mi me motivó a estudiar esto, porque me parecía muy curioso como la medicina que tenemos nosotros era diferente a los que tenían los sistemas de salud», fueron sus palabras para el HuffPost México; ella es originaria de San Isidrio, municipio de Urique, ubicado en la Sierra Tarahumara, quien le echó ganas para destacar y ayudar a sus paisanos, pues al terminar sus estudios de preparatoria decidió irse a la capital de Chihuahua para primero estudiar durante 5 años su licenciatura en Enfermería y luego su maestría en la Facultad de Enfermería y Nutriología de la Universidad Autónoma del Estado.
El logro de Bertha se enfocó completamente en una de las etnias más representativas del estado de Chihuahua, donde los habitantes de las comunidades no acuden a las clínicas y cuando van, se carece de un intérprete que facilite la atención médica. La gente que habla mal de los indígenas, que habla de los pueblos originarios, de su propia identidad, debería transformar esa energía negativa en positiva y ayudar a esas comunidades, pues parecieran haber sido olvidadas.
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