Puede ser que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no ganen los 600 mil pesos mensuales que dice Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, sumando su aguinaldo y otros pagos que discrecionalmente se otorgan, los ministros de la SCJN alcanzan un monto anual que dividido en 12 meses significa algo así como 350 mil pesos mensuales. No son 600 mil pesos, pero 350 mil pesos mensuales es un monto que no lo gana el 90 por ciento de los mexicanos en un año; óigalo bien, ni en un año y otros ni en 10 años.
La justificación de que ellos necesitan ganar mucho para no ser coaccionados a la hora de tomar sus decisiones es absurda. Quien llega como ministro al máximo tribunal de la nación es porque con el paso del tiempo, en los diferentes cargos que ha ocupado, ha demostrado su honestidad, su entereza, su incorruptibilidad. Si necesitan ganar 350 mil pesos para no ser corrompidos, entonces no merecen ser magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En un país donde el sueldo mínimo para un jornalero es de 88 pesos diarios no se puede permitir que una persona, por muy importante que sea, gane 11 mil 587 pesos diarios. Los ministros, antes que proteger sus jugosos sueldos, deberían dar una muestra de moralidad y ponerse a la altura de las condiciones de este país que quiere, por fin, hacer las cosas bien.
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