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Vamos a reírnos de lo que le hacen a Winckler, para que cuando nos lo hagan a nosotros, que otros se rían también

Armando Ortiz / Por supuesto que Jorge Winckler debe responder por su actuación en la Fiscalía General del Estado de Veracruz. Si cometió omisiones, que responda; si se dejó corromper, que responda; si puso la Fiscalía a disposición del exgobernador Yunes, que responda; si torturó, si amenazó, que responda. Si encuentran pruebas para fincarle responsabilidades que las presenten; si logran hacerle un juicio político, procedan; si merece ir a la cárcel y logran vincularlo a proceso, que abran las puertas de par en par para que ingrese. Mientras tanto, si su estrategia es utilizar el aparato del poder para acalambrarlo, sólo están demostrando que el gobierno de Morena puede ser tan corriente, tan represor, tan asqueroso como lo fueron los gobiernos de Fidel Herrera y de Javier Duarte. Lo dijo muy apropiadamente Eric Patrocinio Cisneros Burgos, secretario de Gobierno de Veracruz, “hasta entre los perros hay razas”, y él está resultando un pitbull represivo, un pitbull violento. Ahora bien, ayer mismo reportábamos el terror que en Saltillo causaba la llegada de Hugo Gutiérrez Maldonado a la policía municipal en 2012; Gutiérrez Maldonado sólo está demostrando que ese miedo de los saltillenses estaba bien fundado. Y los medios de comunicación que están celebrando esas embestidas del estado síganse riendo, para que cuando las embestidas sean contra ustedes, otros se rían de sus desgracias. Recuerden lo que escribió el pastor Niemöller en los tiempos de los Nazis: “Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque yo no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y yo no dije nada, porque yo no era judío. Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí”.

Revisión de rutina a Jorge Winckler, sin duda razonable, es “arbitraria y por ende violatoria de derechos humanos”

Es constitucional la revisión de rutina. En febrero de 2018 los ministros de la Suprema Corte de Justicia fallaron a favor de la constitucionalidad de la revisión de rutina sin necesidad de una orden judicial. Sin embargo, dada la polémica que el tema causó ante la ciudadanía, la Suprema Corte de Justicia de Nación aclaró que lo aprobado no implicaba que un policía pudiera inspeccionar a personas y vehículos a su antojo. El ministro ponente al presentar la propuesta de constitucionalidad especificó: “La sospecha razonable es central, sin ella, la inspección se vuelve arbitraria y por ende violatoria de derechos humanos. Los agentes de seguridad pública deberán contar con los datos e informes necesarios para acreditarla y los jueces habrán de ser especialmente rigurosos en el escrutinio judicial de estas medidas. La sospecha razonable no puede justificarse por cualquier circunstancia abstracta como la apariencia física, su forma de vestir, hablar o comportarse”. El Fiscal Jorge Winckler salía de la reunión de la Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz en palacio de Gobierno. Había avanzado unas calles cuando lo detuvieron. ¿Cuál fue la sospecha razonable? Si no hubo una sospecha razonable, entonces la inspección fue “arbitraria y por ende violatoria de derechos humanos”. Si lo que quieren es que el Fiscal renuncie, entonces debemos creer que los que lo acusan no tienen nada de peso, nada contundente para retirarlo del cargo.

“Si gano -dijo AMLO- no habrá casos como los de Aristegui o Gutiérrez Vivó”; pero como los de Loret de Mola sí

Andrés Manuel López Obrador le puso el dedo encima a Carlos Loret de Mola, “hay periodistas que mienten como respiran”, dijo cuando le contestaron que fue en el programa de Loret de Mola donde escucharon que César Yáñez, su secretario particular, había renunciado después del escándalo de su boda “fifí”. “¿Le creen ustedes a Loret? Es una volada… hay periodistas, con todo respeto, que mienten como respiran y ya no lo vuelvo a decir, se acabó”. No lo volvió a decir, pero lo dijo y en las redes sociales los chairos iniciaron un linchamiento despiadado en contra del comunicador. Para la de malas no fue Carlos Loret de Mola el que pronunció lo de la renuncia de César Yáñez, si no uno de sus colaboradores al que llaman “El Duende”. Ahora resulta que Carlos Loret de Mola, el que “miente como respira”, salió de su programa Sin Anestesia que se trasmitía por Radio Centro, la misma empresa radiofónica que trasmite el programa de Carmen Aristegui. Andrés Manuel López Obrador dijo, “si gano, no habrá casos como los de Aristegui o Gutiérrez Vivó”. Pero al final, si lo hubo.

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