Armando Ortiz / Eric Cisneros, futuro secretario de Gobierno, se levanta temprano, se pasa una toalla mojada por los sobacos, se pasa el índice por los dientes, no se peina, pero para él eso no es problema, se quita algunos pelos de las fosas nasales, le da vuelta a su ropa interior, se frota los zapatos en el fondo de su pantalón, se mira al espejo y dice: “Listo, me he embellecido”. Sólo si esta fuera su manera de asearse, de embellecerse, es como podemos entender su mensaje en Twitter: “En unas horas, @CuitlahuacGJ será gobernador constitucional de #Veracruz y así comenzamos el camino hacia el bienestar de este gran estado que lo tiene todo. Si ya embellecimos #Xalapa sin estar en el gobierno, imagina lo que está por venir”. Es decir, ¿pintar las guarniciones de unas avenidas, quitar la basura de algunas esquinas, quitar el escombro de otras y barrer algunas calles es embellecer Xalapa? ¿Esa es su filosofía de la belleza? El mensaje del futuro secretario de Gobierno es preocupante porque los “grandes logros” del próximo gobierno tendrán la misma tesitura. Un poco de maquillaje, un poco de ganas al hacer las cosas, un poco de honestidad y trabajo cumplido. ¿Así de chambones van a estar?
Enrique Navarro a Recursos Materiales del Congreso; sólo tiene la preparatoria terminada
Ser encargado de Recursos materiales de cualquier dependencia no es poca cosa. El departamento de Recursos Materiales es el que se ocupa de proveer de manera oportuna y eficiente los bienes y servicios generales, a fin de garantizar el suministro oportuno y racional de los mismos que requieran las unidades administrativas de la dependencia a su cargo. Para ello debe elaborar un programa que en algunas dependencias consta de al menos 15 puntos sustantivos. Todo con la finalidad de hacer más eficiente el servicio de esa dependencia. Este departamento es el que decide a discreción des la compra de un clip de plástico o de alambre, hasta la compra de computadoras y vehículos utilitarios. Algunos encargados de Recursos Materiales en los sexenios pasados han salido millonarios. Para ello la persona que debe ocupar dicho puesto debe tener una preparación adecuada. En el Instituto Nacional de Administración Pública se lleva la materia de “Administración de Recursos Materiales en el Sector Público”. El libro, que sólo es un enfoque introductorio, consta de 642 páginas. ¿Qué se espera entonces de un titular de Recursos Materiales del Congreso de Veracruz que sólo tiene la preparatoria terminada? ¿Acaso no había algún pasante en Administración Pública? ¿Cuál es el mérito de Enrique Navarro, nuevo encargado de Recursos Materiales en el Congreso de Veracruz? ¿Ser el chofer de Marcelo Montiel?
Paco Ignacio Taibo, se la metió doblada el mismo; del “haga sido como haiga sido” al “sea como sea, se las metimos doblada”
El pueblo lo resume con su sabiduría popular de esta manera: “Cae más pronto un hablador que un cojo”, y en el caso de Paco Ignacio Taibo II, novelista y propuesto para dirigir el Fondo de Cultura Económica, resultó más que cierto. Taibo II, un maestro de la palabra debería entender que las palabras cobran un sentido especial en un determinado contexto. Paco Ignacio Taibo II fue uno de los miles de encabronados cuando Felipe Calderón le dijo a Adela Micha que él había ganado al “haiga sido como haiga sido”. Esa frase era como una espina en el orgullo de la izquierda verdadera. Ganar sin importar los métodos; lograr un objetivo sin importar cuántas leyes se hayan pasado por alto; obtener algo sin que importe si se hizo de la manera correcta o no. Bueno, acaso el “haga sido como haiga sido” no es semejante al “sea como sea, se las metimos doblada”. A Taibo II muchos de sus chairos le celebraron la frase, lo animaron a ser como es, auténtico lépero. Lo respaldaron cuando dijo que se habían ganado el derecho a llamar las cosas por su nombre. “Se las metimos doblada” es también “se las metimos a huevo”; es también “se las metimos, aunque no querían”; es también “se las metimos al haiga sido como haida sido”. Ya se disculpó Taibo II y seguramente la disculpa será suficiente para que López Obrador, el gran perdonador, lo exonere y le dé el Fondo de Cultura Económica que a estas alturas Taibo ya convirtió en el Fondillo de Cultura Económica.
Comentarios