Mención aparte merece la CNTE y sus aguerridos y curtidos maestros. Estos dieron la cara desde el principio, a pesar de la fuerte represión en su contra y de la detención de sus principales líderes. Uno de los errores de Peña Nieto y su gobierno fue el haber subestimado la capacidad de organización de los maestros.
Éstos dejaron las aulas y salieron a las calles a pesar de las represiones de directivos y supervisiones sindicalistas que los amenazaban con sus respectivos descuentos. Hoy el reloj del cambio no se detiene, sigue caminando. En éste sólo faltan tres días para que Peña Nieto se vaya con su Reforma Educativa bajo el brazo.