El Chilly Willy de Jilotepec

Eleazar Guerrero Pérez y Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB
- en Opinión

José Ortiz Medina / Ya se supo por qué el gobernador electo confía tanto en su primo Eleazar Guerrero Pérez y por qué este personaje ha acumulado demasiado poder al grado de que impone funcionarios en las diferentes dependencias con el presunto aval de su pariente.

Cuentan que durante la campaña a la gubernatura, Guerrero Pérez habría sido el principal receptor de maletas repletas de billetes que aportaron poderosos patrocinadores deseosos de evitar que el hijo del gobernador llegase a Palacio de Gobierno.

Dicen que Eleazar realizó tareas muy similares a las ejercidas en su momento por un colaborador muy cercano a Fidel Herrera Beltrán a quien apodaban El Chilly Willy.

El personaje que siempre estuvo al lado del cuenqueño se hizo famoso por ser uno de los recolectores de recursos económicos, ya sea de proveedores o empresarios constructores. Hubo otros recaudadores, pero acaso Chilly Willy fue el más sobresaliente y competente.

Qué tiempos aquellos en los que había casas de seguridad con habitaciones repletas de lana y en otros cuartos arrumbaban las maletas vacías, todas amontonadas.

También en la casa de gobierno, ubicada en la colonia 2 de abril, se recibían billetes en paquetes enormes. Era tanto el billullo, que dispusieron de maquinitas para contar, de esas que usan en los bancos.

Quienes contaban eran bellas chicas, quienes al final de la jornada eran invitadas a comer con el jefe mayor. Y luego de algunos vinos, pasaban cosas inenarrables. La enorme mansión casi era la casa que arde de noche, parafraseando el título de la novela de Ricardo Garibay.

En la época de Fidel, se pedían “moches” por todo: por asignaciones de obras, por adquisición de bienes y servicios, etcétera. Dicen que hasta de los narcos llegaban sumas millonarias. Pero esas maletas no las recibía Jorge Carvallo, Érick Lagos o un joven desaparecido en extrañas circunstancias y que apodaban “lengua de trapo”. El dinero sucio de los malosos, dicen que lo recibía un famoso personaje apodado “El chupón”.

Dicen que el “Número Uno” pedía el famoso diezmo, o sea, el diez por ciento, pero los esbirros del mandamás le agregaban el 20 o hasta el 30 por ciento.

Cuentan que unos eran los moches que se pedían desde Palacio de Gobierno y otros los que se solicitaban desde el DIF estatal. La pareja gobernante se peleaba por los diezmos. Al final acordaron respetarse sus territorios, y así, en santa paz, nadie invadió las parcelas del otro.

Con Javier Duarte, el cobro de diezmo fue cosa de párvulos. El huésped de Palacio y su consorte le entraron al billete grueso. Ingresaron a las grandes ligas de la transa. Fue entonces cuando crearon no una, sino decenas de empresas fantasma para desviar el dinero del erario público. Con esos recursos fueron adquiridas mansiones en el país y en el extranjero; de igual forma compraron obras de arte, joyas, aeronaves, etcétera. Javier superó a su maestro, pero él y Karime se excedieron y el desenlace es de todos conocidos.

Ahora con Cuitláhuac García se espera que todo sea diferente; sin embargo, dicen que la burra no era arisca… Y si el primo incómodo habría recibido maletas de billetes en la campaña, es difícil creer que ya en el gobierno de su pariente no seguirá traficando influencias, a cambio de jugosas ganancias.

Ojalá y estemos equivocados y la Cuarta Transformación de AMLO sea una realidad en Veracruz y todos los morenistas en estas tierras jarochas lleguen a estar revestidos del inmaculado manto de la honestidad. Ojalá, pero por si las cochinas dudas, estaremos vigilantes.

Que Cuitláhuac dejó “plantado” a Pepe Yunes

Pepe Yunes siempre ha sido exageradamente amable, pero esa amabilidad muchos la han confundido con otra cosa.

“¿Cómo le va?, qué gusto saludarlo”… “ya tenía mucho tiempo que nos veíamos, ¿cómo qué tiempo que no nos vemos?”… “a ver cuándo comemos… tú me dices”… son algunas de las frases hechas y almibaradas que Pepe acostumbra decirle a tooodos. A veces la cortesía se torna en una falsa escenografía para caer bien o para “hacer sentir” bien al interlocutor. Fue lo que le aprendió a su maestro de oratoria, el extinto Guillermo Zúñiga Martínez. En fin, vieja escuela para un cuerpo joven.

Esto viene a colación porque –según nos cuentan- hace un mes el gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez dejó “plantado” al peroteño.

Se supone que Pepe, al verse perdido en la contienda pasada habría decidido pactar una alianza de facto con García Jiménez.

La idea era que una vez en el poder, Cuitláhuac le cediera algunos espacios en el gabinete a unos cuantos pepistas. Incluso, se llegó a especular que Ramsés Yunes, hermano del ex senador, sería director de Radiotelevisión de Veracruz.

Pero al parecer, Cuitláhuac ya se olvidó del pacto al grado de que no se habría presentado a la cita en el Puerto de Veracruz, no obstante que lo estuvieron esperando ¡tres horas!

Aseguran que Cuitláhuac le quiso hacer lo mismo a otro destacado priista; es decir, de “batearlo” y olvidarse de lo acordado. Pero el ofendido hizo fuertes declaraciones a la prensa, por lo que Atanasio García –padre del futuro huésped de Palacio- tuvo que ir a la casa del agraviado hasta dos veces, para limar asperezas.

Y a Pepe ya le tomaron la medida. Se pasa de amable. No le ha aprendido nada al “Tío Héctor”.

Guadalupe Porras, en los juzgados

Hace unos días se le vio a la política minatliteca, Guadalupe Porras David, en juzgados de Xalapa. Se le vio muy preocupada. ¿Pues qué líos tendrá?

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