El problema son las formas. Cambiar una ley para que Taibo pudiera ser director del FCE no va con la famosa renovación moral de López Obrador. Y luego que el novelista se burle y diga que se las metió doblada, en una clara alusión fálica, homosexual, machista y procaz.
Pero nos queda una duda, ¿a quién se la metió doblada? ¿A los diputados y senadores de oposición? ¿A los mexicanos que él y López Obrador llaman “fifí”? En una de esas Paco Ignacio Taibo no lo sabe y el mismo, con este inmoral movimiento se autosodomizó.