En este caso, al encontrar imágenes sexuales en el celular de su pareja, con quien mantenía una relación de dos años, la mujer argentina lo exhibió en Instagram, red social especializada en la publicación de fotos y videos interactivos o con filtros. «No lo puedo creer. Mandándose fotos de pijas, de tetas, pidiéndole a las nenas que le manden fotos. Hablaba con chicas de petes, de pijas de leche. A todas las del Instagram que les miente, que les dice que no está con nadie, él estuvo en mi casa, en mi cama», fueron las palabras de la enfurecida chica.
También varias veces lo llamó “pajero de mierda” -término asociado, en el país sudamericano, a una persona adicta a la masturbación-, para alertar a las mujeres que tenían contacto en Instagram con el tal Marcelo. El sujeto no perdió oportunidad y respondió en sus redes que desde hace dos meses había terminado su relación y que todo parecía ser un acto de venganza por parte de su expareja. Y es que defenderse de las acusaciones era su única opción; sin embargo, su reputación fue severamente afectada por participar en el tráfico de imágenes sexuales.