Una noticia reciente afirma que la Juana de Arco veracruzana se puso malita y tuvo que ser trasladada al Centro de Especialidades Médicas. Hasta la habitación donde se encuentra dan, por si alguno de los “ginos” gusta de llevarle flores, la 3008. Gina Domínguez no es la primera funcionaria duartista que se queja de malestares en su estadía en Pacho Viejo. Flavino Ríos Alvarado lo hizo y le dieron arresto domiciliario, aunque después muy orondo andaba empujando el carrito de víveres en Costco. Juan Antonio Nemi Dib también tiene prisión domiciliaria por enfermedad.
¿No será que Gina quiere dar lástima y por eso se hace enferma para que esta navidad pueda comer pavo y beber ponche con la familia en su residencia de Briones? ¿Por qué los funcionarios corruptos no piensan en las consecuencias que pueden acarrear sus acciones antes de llevarlas a cabo? Gina fue soberbia, engreída, prepotente y se sintió poderosa; pero hoy la vida le ha quebrado la cerviz y por ello ya no puede ni levantar la cabeza.