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Alfonso Cepeda Salas sólo es un eslabón interino de la democratización del SNTE; ¡que no se le olvide!

La sobreactuación es transmitir mucha artificialidad en un diálogo o en un gesto. Se trata de una forma de actuar exagerada en la que el actor parece fingir más que transmitir verdad con su papel. Cuando un actor sobreactúa se nota que no se siente cómodo con su personaje. El caso de Alfonso Cepeda Salas, nuevo dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ya tomó muy en serio su papel de secretario general del SNTE.

Sobreactúa sus funciones y piensa que va a estar hasta el 2024. Por favor, que alguien le diga que sólo es un eslabón en el cambio democrático que impulsará la cuarta transformación de AMLO. Si el ingenuo e interino líder sentista piensa que, por tener en estos momentos los reflectores sobre él es el mero chipocludo del SNTE, se equivoca.

Nada más hace falta una llamada de teléfono con acento tabasqueño para que Cepeda Salas diga «sí señor, claro que sí, cuente con ello»; y tendrá que acatar las nuevas reglas que abrirán el paso a los nuevos liderazgos en el SNTE. Así que, maestro Cepeda, no se acostumbre mucho a la silla de la Secretaría Nacional del SNTE.

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