La tarde del viernes los diputados de Morena redactaron un boletín para ejercer su derecho de réplica contra lo que ellos llaman una campaña de desprestigio en contra de la diputada Ana Miriam Ferráez. Decimos que el boletín lo redactaron en Morena porque, una vez que nos percatamos del IQ que tiene la diputada aludida, es imposible que ella escribiera, al menos, el primer párrafo. Primero no sean manipuladores, en ningún momento la crítica a la participación de la diputada es una ofensiva contra las mujeres veracruzanas; muchas mujeres veracruzanas, al darse cuenta de la incongruencia y la descarada ignorancia de la diputada, se han deslindado.
Tampoco quieran envolverse en la bandera y tirarse por los balcones del Castillo de Chapultepec: «Aquí estamos para ponerle el pecho a las balas que buscan debilitar a nuestro presidente electo». Muchos de los que critican a su diputada están de acuerdo y apoyan el gobierno de López Obrador. Esto tampoco es un complot para desprestigiar a una persona que con sólo enunciar cinco palabras se desprestigia a ella misma; si fuera muda, buena parte de su desprestigio se desvanecería.
Señores diputados de Morena, por qué no le permiten a la diputada que ejerza su derecho al silencio, por qué entonar en coro las mismas estupideces de ella. Por qué pasar del ridículo personal al ridículo colectivo.
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