El 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury, líder de la banda de rock inglesa Queen, que era una de las estrellas de rock más importantes desde los años setenta, falleció a causa de una neumonía que se complicó por el mortal virus del VIH (SIDA), virus contra el que intentó luchar durante dos años y que disminuyó sus defensas.
Dicho cantante había luchado contra la enfermedad con la vista baja. A pesar de la creciente especulación de que contenía dicha enfermedad. En una entrevista, Brian May, guitarrista de Queen, dijo «recuerdo cuando me lo dijo en 1987. Dijo que tenía Sida y que eso era todo: “No volveremos a tratar el tema”».
Mercury sólo dio a conocer públicamente que padecía SIDA un día antes de morir. Hoy, 24 de noviembre de 2018, su música, su voz, su personalidad son cosas que muy probablemente no se vuelvan a repetir en mucho… mucho tiempo.
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