Demacrado, con la cara larga y voz entrecortada, Juan Díaz de la Torre pronunció su último discurso este jueves 22 del presente mes como presidente del sindicato más grande de América latina. A cuestas llevaba una derrota electoral y el reproche de más de un millón y medio de maestros por no haberlos defendido de la Reforma Educativa.
«Frente a una amenaza a los derechos laborales, fuimos capaces de frenar la evaluación punitiva, y poner el acento en la actualización y superación profesional del magisterio. (…) Defendimos los derechos de todas y todos nuestros compañeros sin dejar a nadie desprotegido». ¡Mentira!, jamás se preocupó por la defensa de los maestros, muy al contrario, recibió fuerte suma de dinero para promover la mal llamada Reforma Educativa.
«He decidido solicitar a este Consejo Nacional una licencia definitiva al cargo de Presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Estoy convencido de que no debemos repetir las experiencias pasadas de enquistar líderes fuertes –carismáticos o morales—, que obstruyen la vida democrática, que terminan asumiendo por sí mismos las decisiones del Sindicato, así como el manejo patrimonial de sus recursos».
Tenga por seguro que estas palabras tienen dedicatoria especial, sin embargo, éstas ya acusaron recibo. Adiós a un personaje que no supo ser leal a quien lo encumbró y ni supo defender a un gremio muy noble, como lo es el magisterio.
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