La tozudez de Cuitláhuac García por imponer en la Secretaría de Educación, una dependencia de los más delicada, a su “amigo” Zenyazen Escobar ha generado mucha incertidumbre, mucha molestia, mucha preocupación. ¿Para qué arriesgarse de esa manera? ¿Para qué hacer evidente lo que puede quedar velado? Se supone que sus pilmamas, Huerta y Éric Patrocinio iban a contenerlo, ¿por qué no lo hacen? ¿Esperan que, en algún momento, sin pedírselo, el gobernador electo entre en cordura?
Pues esperan demasiado, ya que fuentes bien informadas nos dicen que la llegada del exdesnudista Zenyazen Escobar a la Secretaría de Educación es inminente. Por lo visto, después de la foto del beso de Ramos Alor con su pareja, en este gobierno no habrá disimulos.