La aquamación es una novedosa combinación de agua y temperatura, que a través de un método físico-químico de hidrólisis, permite acelerar el proceso natural de desintegración en las células de un cuerpo orgánico. Esta es ya una alternativa en países como Canadá, España y Estados Unidos, donde las funerarias cumplen con las regulaciones ambientales existentes, no como en México, donde instalan crematorios a escasos metros o cuadras de las viviendas, o como en Veracruz, donde han sido hallados cientos de restos humanos en fosas clandestinas. La aquamación es una novedosa idea de la empresa Grupo Gayosso, dirigida por Carlos Lukac, quien reveló que se han invertido más de 34 millones de pesos para ofrecer por primera vez en Latinoamérica esta nueva práctica ecológica, después de la muerte.
“Estamos muy orgullosos de ser los pioneros en apostar por nuevos métodos y brindar mejores alternativas limpias que permitan despedir a nuestros seres queridos con mayores beneficios que reducen el impacto ambiental”, fueron algunas palabras del Director del Grupo Gayosso, mismas que han circulado en medios de comunicación nacionales y han generado diversas reacciones en la ciudadanía, en su mayoría positivas, al tratarse de un método que promueve el cuidado ambiental; sin embargo, esta nueva opción al morir tiene un costo de 50 mil pesos en México, lo que posiblemente ocasione que mucha gente prefiera ser enterrada o cremada, debido a la crisis financiera que enfrentan las familias en este país.