Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. Los suicidios de menores con tendencias homosexuales o transexuales tienden a repuntar por los discursos de “aberración” que hace la Iglesia Católica contra ellos.
Así lo reveló Silvia Susana Jácome García, vocera de la asociación civil Educación y Comunicación en Sexualidad (Ecosex), quien además dijo desconocer las cifras al respecto; sin embargo, aclaró que se han realizo estudios que lo comprueban.
A su juicio, los avances en materia de diversidad sexual han generado reacciones inmediatas en la Arquidiócesis de Xalapa.
Y es que el Instituto Nacional Electoral (INE) puso en marcha un protocolo para que las personas trans pudieran votar en la pasada elección y, además, aplicó la Consulta Infantil y Juvenil 2018, donde los menores podían marcar una opción diferente al género femenino o masculino, pues se abrió un espacio para “otros”.
«Eso es un avance porque el mensaje que se le está dando a la niñez es: no tienes que ser niño o niña a fuerza, puedes vivir en un género diferente, en el que te sientas mejor. Lo preocupante es que en el estado de Veracruz esto provocó una reacción inmediata por parte de la arquidiócesis de Xalapa donde ya sabemos el discurso que maneja, diciendo que el INE es cómplice de ésta ideológica de género y que lo único que pretende con eso es normalizar la homosexualidad y la transexualidad, y confundir a los niños y las niñas».
La activista mencionó que ese discurso va dirigido a la población católica y, por ello, también es preocupante la reacción de los padres que tienen un hijo o una hija transexual.
«La pregunta es: ¿cómo va a reaccionar un papá o una mamá que tiene un hijo o hija trans?, cuando está escuchando que estas cuestiones son condenadas por el arzobispo y en casa está teniendo una hija o un hijo en esta condición».
Jácome García mencionó que dicha situación ha ocasionado históricamente un mayor rechazo hacia las niñas y niños transexuales que, según estudios que se han realizado, tienen más probabilidades de cometer un suicidio, consumir drogas al llegar a la adolescencia y adquirir enfermedades de transmisión sexual.
«El problema mayor son los crímenes de odio contra las personas trans, que no cesan, pero esta violencia se está ejerciendo desde el púlpito, desde las familias que no tienen información científica y que generan un clima de mucha dificultad para sus hijos o sus hijas», enfatizó.
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