Según, Carlos Ornelas, la maestra Elba Esther Gordillo «tenía varias camarillas en los estados que controlaban todo, ellos colonizaron el gobierno de la educación básica, eran los jefes, eran quienes mandaban, ponían o quitaban maestros, administraban su trayectoria, decían quiénes sí o quiénes no podían vender o heredar su plaza y cobraban a la gente para que entrara en el sistema educativo, era un esquema de corrupción terrible». Los maestros, en sus respectivos estados, recordaran que muchos consiguieron entrar al magisterio porque eran familiares de los líderes sindicales, otras maestras de plano tuvieron que ceder bajo los chantajes de algunos líderes, mientras otros más tuvieron que desembolsar una buena cantidad de billetes.
Era común ver algunos maestros pintando bardas para conseguir una plaza o un cambio de adscripción. Algunos se alquilaban como peones en los ranchos de estos líderes, la dignidad era sepultada por la necesidad de un trabajo. Sin embargo, llego la Reforma Educativa y ésta impulsaba el proyecto donde los maestros de nuevo ingreso ya no tuvieran que pasar por lo que pasaron sus antecesores, ahora había un examen de ingreso, para formar parte del magisterio, también había un examen de promoción para cambiar de categoría.
No obstante, éstos también tuvieron sus fallas. Hoy con la promesa de que la Reforma Educativa será cancelada, queda la incertidumbre, de cómo será la contratación y promoción docente. Se tendrá que implementar un sistema que deje fuera los vicios de los líderes sindicales. Ya veremos que propone Esteban Moctezuma Barragán.
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