Resulta preocupante y hasta burlesco que 78 cadetes de la primera y segunda generación de la Policía Municipal de Xalapa se graduarán, el próximo 14 de diciembre, y entrarán en funciones sólo con uniformes nuevos, pero sin armas. Esto a pesar de que en la ciudad operan cárteles del narcotráfico que cuentan con armas de uso exclusivo del Ejército, como el AK-47, también conocido como “cuerno de chivo”, mismo que arroja 600 disparos por minuto y cuyo cargador extraíble curvo tiene capacidad para 30 cartuchos. El director de Seguridad Municipal, Julio César Sánchez Amaya, declaró hace poco que el ayuntamiento capitalino esperará a que el gobierno del estado le devuelva el armamento que le pertenece.
Y es que las autoridades municipales todavía no pueden compran armas para sus elementos de seguridad, porque dicho proceso está en manos del actual gobierno yunista, a quien, desde hace semanas, se le envió un oficio para que notificara a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y se le diera seguimiento al trámite, donde se determinaría el tipo de armamento autorizado y los costos para que el ayuntamiento realice la compra.
Es probable que el proceso esté detenido por las diferencias ideológicas y políticas entre el gobierno estatal, que encabeza el Partido Acción Nacional (PAN), y el gobierno municipal, donde el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) toma las decisiones y ha sido sumamente criticado por sus improvisadas acciones, no sólo en materia de seguridad, sino también, en limpia pública, agua potable y otros temas. Lo cierto es que activar a los policías municipales sin armas es enviarlos a la guerra sin fusil, poniendo en riesgo su vida.
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