La llegada del primer presidente de la izquierda mexicana ha levantado muchas expectativas. Una de ellas es la eliminación de las injusticias laborales dentro del magisterio. La capacitación que han tenido muchos maestros, ha sido por iniciativa personal. Hay maestros con licenciatura, maestría, doctorados y con un salario miserable. Mientras, en algunas oficinas gubernamentales hay salarios muy elevados. Ejemplo claro, los funcionarios del INEE con sueldos 20 veces por encima de un maestro con tiempo completo.
Según el INEGI, la escolaridad de los docentes es mayor conforme el nivel de educativo que imparten, de tal modo que 30.4 por ciento de los que imparten clases en los niveles superior tienen maestría y 15 por ciento doctorado. En los del tipo medio superior 16.9 por ciento tiene maestría y 2.4 por ciento doctorado, hasta llegar a 7.2 y 0.6 por ciento respectivamente de maestría y doctorado para los del tipo básico.
Ojalá y en verdad se dignifique el trabajo del maestro mexicano, las condiciones laborales no son las mejores, apenas este 2018 el SNTE logró un pírrico aumento de un 3.1 directo al salario, un incremento que fue pulverizado inmediatamente con el incremento a los combustibles. Sería justo que al maestro se le reconozca su trabajo con un incremento salarial digno. Al menos AMLO ya se lo prometió.
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