Fernando de Oliveira y María Izilda habían solicitado acompañar a Marcia a un banco con la excusa de ayudarla a abrir una nueva cuenta, para administrar el dinero de la manutención de los niños. Ahora, ambos están en prisión desde el pasado 18 de octubre.
Con tal de quedarse con la custodia de los hijos, la hicieron subir a un auto y la llevaron a una vivienda en el barrio Rio Pequeño, en los suburbios de San Pablo, donde los señores le comentaron que la casa había sido alquilada para que ella y sus nietos vivieran allí. La hicieron recorrer el lugar y luego la atacaron; los policías cavaron y localizaron el cuerpo de Marcia. Por tal situación, no está de más recomendar que si alguna vez es invitada o invitado por sus exsuegros a un lugar desconocido, piénselo bien, porque, en la actualidad, cualquier persona podría ser víctima de gente loca, cegada por intereses particulares.