Aquí no aplica el dicho popular de ´barriga llena, corazón contento´, pues la Encuesta también reveló que las principales afectaciones a la salud de los uniformados tienen que ver con su mala alimentación, por ejemplo, el 81.4 por ciento reportó padecer alguna enfermedad crónica como la hipertensión y la diabetes, ambas causadas por una mala alimentación y, el 18.6 por ciento dijo padecer problemas estomacales; también se reportaron un gran número de enfermedades causadas por el estrés, así como afecciones del corazón y pulmonares.
Las cifras ahí están, corresponderá ahora a las instancias correspondientes emprender acciones que combatan la obesidad y el sobre peso de los policías mexicanos, porque después de todo, son ellos los que se encargan de protegernos y un policía en forma siempre protegerá mejor que uno que no lo está.