La Fundación Rosenblueth, la misma que se encargó de llevar a cabo la consulta ciudadana en la que se definió el futuro del NAIM, y que fue criticada por los muchos errores que se cometieron durante la jornada, será la encargada de realizar la consulta del 24 y 25 de noviembre en la que se pondrá a consideración de los mexicanos las construcciones del Tren Maya, la nueva refinería en Tabasco y la viabilidad de 10 de los programas que habrán de impulsarse en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Lo que no queda muy clara es la razón de preguntar algo que ya está decidido, por ejemplo, sin importar el resultado de la mentada consulta, el Tren Maya iniciará su construcción el próximo 16 de diciembre, AMLO ha dicho ya que será en Palenque donde hasta ceremonia habrá para que arranque la obra; la refinería que se proyecta construir en Tabasco ya tiene terreno para la construcción; y ha sido el próximo secretario de Hacienda quien ha dicho que todos los programas que prometió el presidente electo durante su campaña ya están incluidos en el presupuesto de 2019.
Tal como sucedió con la primera consulta esta va a ser también una completa simulación y una tomada de pelo porque, sea cual sea el resultado, el próximo presidente ha tomado ya las decisiones que según él conviene más México y a los mexicanos. Dicen por ahí que nunca segundas partes fueron buenas, pero en este caso la primera tampoco lo fue.
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