El SNTE, un león dormido y sin garras; ¿podrá reponerse?

Sede del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) FOTO: WEB

El SNTE, el poderoso sindicato magisterial, el más grande América latina, aquel que tiene estampado en su lema «Por la educación, al servicio del pueblo», no tiene la culpa de su condición lastimera en la que se encuentra hoy. Los únicos culpables fueron los líderes sindicales que, como buitres, lo han dejado flaco y famélico. En México, hay un abismo gigantesco entre los líderes y la base magisterial, los líderes son tremendamente ricos, mientras los maestros que componen al sindicato se encuentran en las redes de agiotistas que con préstamos leoninos, les descuentan gran parte de su quincena.

El SNTE se encuentra en el momento más álgido desde su existencia desde los años cuarenta. Su posición de apéndice del Gobierno Federal se ha podrido con la aplastante derrota del PRI. El SNTE, por primera vez desde su fundación, no tiene representación significativa en los congresos locales, mucho menos en el Congreso Federal ni en el Senado. Sus lugares han sido ocupados por maestros identificados con la CNTE.

Hoy, el SNTE tiene que tomar decisiones importantes, tiene que abrirse al cambio democrático. Y es que el comité ejecutivo nacional, en estos momentos, tiene una nalga afuera de su silla. Si el SNTE no se abre a los nuevos tiempos, corre el riesgo de quedarse fuera de la jugada.

Hasta el momento, sus enemigos ya llevan mano con el nuevo presidente electo. Prueba de ello, las reuniones que ha tenido con la CNTE y la invitación de siete líderes de esa agrupación a la fiesta democrática del ungimiento de AMLO. O el SNTE despierta o se verá rebasado por la propia base.

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