Arturo Reyes Isidoro / (No sé por qué Robert Musil, 1880-1942, escritor austriaco que se consagró con El hombre sin atributos, me hizo pensar ayer en muchos políticos que conozco.
En esa obra apuntó: “La diferencia entre una persona normal y una que está loca es que la normal tiene todas las enfermedades mentales, mientras que la loca ¡tiene solo una!”.)
Dije ayer en la entrada de “Prosa aprisa” (“Lo del Congreso ayer, mensaje para el yunismo”, fue el encabezado):
“Nada bueno para el yunismo, a punto de entregar la administración estatal, augura lo ocurrido ayer (el lunes) en la instalación de la LXV Legislatura del Estado.
La exclusión del PAN de la mesa directiva tiene un claro mensaje por parte del grupo mayoritario de Morena, ahora con el control del Poder Legislativo: venimos por la revancha.
Esta vez fue con los diputados blanquiazules, mañana seguramente será con quienes ya empezaron a entregar las dependencias”.
La reacción ya se dio pero vino de la esfera federal:
La diputada federal Dorheny García Cayetano propuso un Punto de Acuerdo ante la Cámara de Diputados con el propósito de que la Procuraduría General de la República (PGR) “informe sobre la investigación por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero en que se involucra a Miguel Ángel Yunes Linares”, de acuerdo a un boletín de prensa de Morena.
Dijo que son conscientes de que el contenido de una carpeta de investigación es información reservada, pero que sin embargo “el pueblo veracruzano demanda saber si al menos se ha dado seguimiento a los hechos que con escándalo han retratado públicamente la figura de quienes ejercen el gobierno y disponen de los recursos que todos aportamos”.
Denunció que en sus últimos días de gobierno, “Yunes Linares solo se dedica a implementar acciones de sabotaje contra el próximo gobierno estatal”.
Ponen trabas a la entrega
No obstante como pintan las cosas, los encargados de la recepción del gobierno entrante están encontrando resistencia en varias dependencias para que les entreguen información.
Quién sabe si a eso se refirió la diputada federal García Cayetano cuando habló de acciones de sabotaje.
Por ejemplo, una funcionaria de una las dependencias más importantes se negó a entregar algo. “Busquen ustedes si quieren”, les respondió con la prepotencia que los caracteriza.
Solo accedió a colaborar cuando sus asesores legales le hicieron ver que entregar información, documentos, etc., estaba fijada por una normatividad y que se iba a meter en un problema si se resistía.
En otras áreas intentan dar largas o solo ponen a los directivos menores para que entreguen sus oficinas, pero estos están dando muestras de que no tienen la menor idea de su responsabilidad.
Ese desconocimiento hace que ellos mismos empiecen a revelar anomalías constitutivas de sanciones pues al argumentar en su defensa ponen al descubierto irregularidades.
Los morenistas los están dejando correr. Los están subestimando. Piensan que son tontos y que no saben. Pero van tomando nota de todo.
Quién sabe si alguien dio orden de que pongan trabas, quién sabe si el gobernador Yunes sabe que sus muchachos van a terminar dejando muy mal parada a su administración porque por desconocimiento van soltando la sopa, ya que los titulares se han desentendido del asunto.
¿División o signo de democracia?
“En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira”, dice en su poema Ramón de Campoamor.
Advertí que casi hubo unanimidad en la prensa que manejó el asunto, en ver como un signo de división entre morenistas la elección del presidente de la Mesa Directiva de la nueva LXV Legislatura del Estado.
Resulta que José Manuel Pozos Castro, que llegó como diputado electo del PT pero rindió protesta ya como morenista pues se cambió al partido de Andrés Manuel López Obrador, obtuvo la presidencia pero con votos divididos de la coalición Juntos Haremos Historia.
O sea, esta vez no hubo unanimidad porque no llegaron planchados los diputados como se acostumbró en el priismo y en el panismo.
Desde otra óptica lo sucedido puede ser saludable y verse como un signo, aunque incipiente, de democracia en el seno del Poder Legislativo.
El gobernador Cuitláhuac García, quien asistió como invitado al Congreso, declaró que no les da línea a los diputados de su partido y que tampoco define posiciones entre ellos.
Dijo que dejará la práctica de hacer del Congreso una oficina de trámites de asuntos del Ejecutivo.
Es muy pronto para hacer afirmaciones contundentes y decir que los diputados de Morena serán ejemplares, pero sería saludable para la vida pública de Veracruz que acaben para siempre con la unanimidad, que es muy diferente a la unidad, porque la unanimidad mata la pluralidad, base de la democracia.
¡Ay Andrés Manuel Andrés Manuel!
Se publicó ayer en “Confidencial” de El Financiero, con el subtítulo “La cartera vacía de AMLO”, que cuando el presidente electo salió el lunes de su comida con empresarios, y antes de que pudiera subirse a su automóvil, una mujer se abrió paso entre los reporteros para pedirle dinero. “Con prisa, salió uno de los miembros de la ayudantía para prestarle a Andrés Manuel López Obrador un billete de 200 pesos para darle a la mujer. El próximo presidente le dijo que en verdad no traía dinero y, como muestra, le enseñó la cartera vacía”.
Me recordó a un ilustre personaje del priismo, Ramón Ferrari Pardiño, exalcalde de Boca del Río, exdiputado federal y exfuncionario federal y estatal, además de alguna vez tesorero del CEN del PRI.
Siendo titular de la Sedarpa, el último cargo estatal que tuvo (no se sabe si va a regresar a la política o a la función pública algún día), ya sabía que a actos a los que iría le saldrían al paso pedinches profesionales, en especial mujeres, que intentarían bajarle un billete. Llevaba los bolsillos vacíos.
Para eso se hacía acompañar siempre de una mujer bien adiestrada que cargaba una bolsota. Así, cuando lo asaltaban se sacaba los bolsillos del pantalón y mostraba que no llevaba dinero, pero entonces llamaba a la fémina y le daba la orden terminante de que atendiera a la señora y le diera “para su camión”, que si no cumplía la cesaría.
La mujer le quitaba a la pedinche de encima y se la llevaba aparte. Entonces habría la bolsota y le decía que ya se le había acabado el dinero porque ya había repartido, pero sacaba una tarjeta de presentación con un número de teléfono que no existía y le decía que le llamara después para que le diera un número de cuenta donde le depositaría. ¿Saben cuándo cumplía? ¡Nunca!, pero el numerito les resultaba.
No hay que olvidar que AMLO también fue priista. A lo mejor asistió a la misma escuela que Monchis Ferrari. ¿Le salió el lunes el priista que lleva dentro?
La única que les tiró un chiflido
¡Vaya! Al menos la diputada federal priista Anilú Ingram Vallines les tiró un chiflido a sus compañeros nuevos diputados que conforman la minibancada tricolor en el Congreso local.
“Hoy quedó instalada la LXV Legislatura veracruzana. Felicito a mis compañeros priistas @ErikaAyalaR, @JCMolina2016 y Jorge Moreno Salinas, quien será secretario de la Mesa Directiva @LegisVer Segura estoy que seguiremos haciendo equipo por #Veracruz y sus familias.”, escribió en su cuenta de Twitter.
En efecto, solo Erika Ayala Ríos, Juan Carlos “El Compayito” Molina Palacios y Jorge Moreno Salinas representan al tricolor en el edificio de la calle Encanto. Invitaron a sumárseles a Andrea Yunes Yunes, del Verde, pero les hizo fuchi. Les dijo que con el PRI ni a la esquina (y eso que es el partido de su papá por el que este quiere, oootrrraaa vez, ser gobernador).
Bien por Anilú. En las buenas, pero sobre todo en las malas es cuando se conoce a los verdaderos cuates.
De entrada Erika, Juan Carlos y Jorge guardaron prudente silencio. Sabían muy bien que el escenario era de los morenistas. Ellos saben que hay tiempos de tirar cohetes y tiempos de recoger varas. Erika, quien los coordina, es una joven mujer inteligente. Aunque son muy pocos, no dudo que serán una oposición responsable.
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