AMLO los va a llamar prensa “fifí”, va a decir que la revista Proceso tiene intereses económicos con la “mafia del poder”, que Proceso miente como respira. Porque contradecir a López Obrador es el peor pecado que puede cometer un medio de comunicación. Y qué decir de la pejizombiza, se le va a ir encima Proceso y lo van a comparar con Televisa, con El Financiero o El Universal.
Claro, si el presidente electo fuera más sensato y no se dejara llevar por las vísceras, tomaría el reportaje de Álvaro Delgado, quien entrevista al jurista Diego Valdés, como una advertencia, como un llamado a tiempo que le permitiría rectificar y enmendar algunas actitudes. Dice el exmiembro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que López Obrador no tiene proyecto político y que por lo mismo se encamina al fracaso:
«Ya nos ha dicho cuál es su proyecto económico, social y de ética pública, pero nos falta la otra parte del proyecto. Sin esa otra parte del proyecto, entonces sí el enfrentamiento con los poderes económicos va a ser muy desigual, porque va a ser todo un entramado de intereses muy bien construidos, con una pluralidad de corporaciones nacionales e internacionales muy densas, muy pesadas, muy sólidas, frente a una persona. Y eso nunca ha funcionado».
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