Debe recordar que todos los museos y galerías tienen circuitos cerrados por lo que cada uno de sus movimientos quedará registrado en vídeo y, precisamente, cuando una obra de arte sufre daños por parte de algún visitante lo primero que se hace es recurrir a las grabaciones para determinar si las afectaciones fueron causadas por accidente o si fue de manera deliberada.
Si se determina que el daño fue por accidente podrá quedar exento de acciones legales, pero si resulta lo contrario, el recinto podrá emprender acciones en contra de la persona a la que, en el peor de los casos, se le obligará a pagar el costo de la pieza dañada. Insistimos, para no ser objeto de estas sanciones lo mejor es respetar las indicaciones de museos y galerías; y si quiere fotos tómelas con cuidado, acuérdese que si algo pasa a las obras ¡se las pueden cobrar!