La gente que lo conoce se acerca y lo acaricia; Bolillo se deja acariciar porque dice José, «es un pan de Dios». La caravana de migrantes, de acuerdo con cálculos de la ONU ya es de siete mil personas. En los Estados Unidos ya se preparan para recibirlos y no precisamente con los brazos abiertos. Milicias de la extrema derecha espera oportunidad para combatirlos, porque según ellos los migrantes se ríen en su cara y crean caos en territorio norteamericano.
José eso no lo sabe, él espera que, al ver a tanta gente, Trump ceda. José espera llegar a los Estados Unidos con Bolillo; una vez pisando territorio americano Bolillo dejaría de llamarse así y se llamaría Jonatan; porque el perro así lo prefiere.