La primera versión sobre el “intento de robo” a la casa del cardenal Norberto Rivera dice que se presentó una persona con uniforme militar, entregó un sobre amarillo, se fue y más tarde regresaron sujetos en motocicleta y balearon la casa de Norberto Rivera. La segunda versión dice que el hombre vestido de militar entregó el sobre, sacó su arma y disparó al elemento de seguridad; los compañeros repelieron la agresión, pero el sujeto logró escapar. Después de estas dos versiones, la Secretaría de Seguridad Pública concluyó que todo se trató de un intento de robo.
¡Pues vaya intento de robo tan atípico! En las dos versiones no se ve por ningún lado el intento de robo. En la primera versión, para qué llegar en motocicletas para balear la casa, a lo mejor cercano Día de Muertos les quisieron robar la calma. En la segunda versión, un sujeto solitario entra a robar la casa de un prelado que tiene guardias de seguridad; pues qué temerario y qué tonto.
A ver si al rato no salen, como en el caso del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, que todo se trató de una confusión, y que la casa que querían robar es la de junto. Las investigaciones continuarán, pero si la Iglesia no quiere que se sepa la verdad, el gobierno les hará ese favor. ¿Acaso deberá algo Norberto Rivera y no quieren que nos enteremos de lo que debe y a quién le debe?
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