Hoy me siento vivo

Manos al cielo, sentirse vivo FOTO: WEB
- en Opinión

Édgar Landa Hernández / El parloteo de las aves logra su cometido. Aun en la tenue oscuridad que resguarda la fría mañana, el cielo se recubre por inmensas y majestuosas nubes que el viento se encarga de pasearlas por un momento ¡hasta llegar a su destino!

Me asomo por la ventana y el día inicia de una forma especial, ¡Hoy me siento vivo!

Un grácil rayo de sol vivifica dentro del cuerpo febril de las flores. Las campanadas de una escuela cercana anuncian que está a punto de comenzar la cátedra.

Madres e hijos son un cuadro emblemático, tomados de la mano demostrando el cariño que ambos se expresan.

Sonrío, como la mayoría de las veces lo hago y lo expreso en mi forma de ser y de actuar, porque ¡hoy me siento vivo, más vivo que nunca!

Enciendo mi auto y prosigo observando, nutriéndome de personajes, historias que hilvanan mi acervo y lo empleo para cuando me haga falta, en las tantas historias que recojo de la calle y luego las transformo en aventuras novelescas para atrapar a mis lectores.

Rostros enjutos, ceños fruncidos en señal de desacuerdo por el intenso tráfico citadino. Un taxista se entromete en el camino de otro automovilista mientras que con su claxon le dedica su retirada. Gente malhumorada que conduce sin precaución, otros más, aprovechan para maquillarse mientras en el semáforo esperan. ¡de pronto un chofer trata de ganarme el paso, lo miro y le otorgo el paso, no llevo prisa, sé que jamás le ganaré al tiempo. ¡Y vuelvo a sonreír, hoy sé que soy diferente, el color de mi día es tal como a mí me gusta, hoy yo tengo la decisión, y he decido continuar tal como soy, porque hoy, ¡hoy me siento vivo!

Se los comparte su amigo de la eterna sonrisa

Edgar Landa Hernández.

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