Uno de los líderes charros más célebres de México fue Fidel Velázquez; éste se mantuvo al frente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) durante más de 40 años. El líder ya ni podía hablar, pero duró al frente hasta su mismísima muerte. Esta estirpe, acostumbrada a los arrumacos del poder, ya que ponían en bandeja de plata sus afiliados en épocas electorales, está al borde de la extinción.
Los focos de alarma se han encendido en los sindicatos de petroleros, ferrocarrileros, obreros, burócratas y maestros con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia. Precisamente este fin de semana en Tabasco, el presidente electo reafirmó su compromiso de acabar con el charrismo sindical.
Cheque usted las siguientes declaraciones: «Reafirmo el compromiso con los maestros se va a cancelar la mal llamada Reforma Educativa. Reafirmo el compromiso con los trabajadores, va a haber democracia sindical. En la elección de los dirigentes me van a ayudar ustedes cada vez que se vaya elegir un dirigente del sindicato petrolero, o de cualquier sindicato, voto libre y secreto». Pues ojalá y así sea, los trabajadores lo desean.
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