El cuerpo se comunica sin palabras y muchas veces de manera más enfática que si lo hiciera oralmente. Para mentarle la madre a alguien no hace falta decirlo, simplemente ponemos una mano sobre el bíceps, doblamos el brazo y dirigimos la señal hacia el aludido. En este caso el cuerpo comunica, a voluntad de uno, lo que no queremos expresar con palabras. Pero a veces el cuerpo se comunica de manera involuntaria; aprender de ello es entrar dentro de la semiótica de los gestos.
Cuando Andrés Manuel López Obrador se refiere a sus “adversarios” y a la “prensa fifí”, calificativo que, pensamos, ya no habría de utilizar, para decirles que, les guste o no, se va a construir el Tren Maya. En ese momento López Obrador enuncia «me canso ganso», pero también, con el brazo derecho, con la mano cerrada, hace una señal de arriba abajo, una señal que en los “bajos mundos” significa «a mí ustedes me la pelan».
«Me canso ganso» significa que está seguro de lo que dice, que nada ni nadie va a detenerlo. La señal con la mano significa algo similar. Aunque, si se está dirigiendo a sus “adversarios” y a la “prensa fifí”, la señal, de manera involuntaria, podría ser dirigida a ellos: «A mí ustedes me la pelan».
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