El magisterio mexicano, al menos gran parte, se encuentra dividido, algunos quieren y promocionan el regreso de la maestra Elba Esther Gordillo, mientras otros se oponen a ello. Los que abogan por su regreso alegan que, durante su mandato, se tuvieron los incrementos salariales más altos y que se opuso a la Reforma Educativa. Sin embargo, su romanticismo idealista les ciega, olvidan que el paso de la maestra por el SNTE estuvo lleno de corruptelas.
Sus detractores quieren elecciones democráticas, buscan la democratización del SNTE en uno de los sindicatos más opacos y corruptos que ha existido en este país. Sus líderes se han enriquecido hasta el cansancio, mientras sus bases son usadas como botín político. Por esa razón, el regreso de la maestra Gordillo levanta pasiones y lealtades. Al menos en las redes sociales se dejan ver varios hombres y mujeres, portando una prenda con el logo del SNTE, donde llenan su boca de palabras mostrando una lealtad barata.
Por otro lado, no pasan desapercibidas las palabras del presidente electo cuando dice que no habrá charrismo sindical y que no se protegerá a ningún líder. Ya falta poco para saber las reacciones de los dos grupos antípodas y ya se verá si la maestra permite elecciones democráticas.
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