Va usted al Auditorio Nacional de la Ciudad de México al concierto de Luis Miguel. Como va usted con la novia o la esposa compra boletos de preferente C de tres mil 500 pesos; si le tiene más amor a la pareja pues preferente B de 4 mil 700 pesos. Si sales de Xalapa en autobús Platino los boletos te salen en 455 pesos, 910 pesos por dos personas. Un hotel, porque ya que estás allá pues harías bien en hospedarte en un hotel con desayuno incluido, ponle otros 900 pesos. En promedio llevas gastado alrededor de 10 mil 500 pesos, eso sin contar comida y cena o algún souvenir.
Ponte que el viajecito te sale en 15 mil pesos que son bien gastados para quedar bien con la pareja. Pero cuando estás en el concierto, en lugar de Luis Miguel sale un sujeto ebrio, sin voz, que hace pausas y que en lugar de cantar él, pone a los demás a corear sus canciones.
Pues eso es lo que pasó a miles de personas que se gastaron su buena lana para que el hijo de Luisito Rey saliera bien briago (eso dicen algunos), otros dicen que muy cansado (¡sí cómo no!) a dar su concierto en el Auditorio Nacional. Y mire que al señor cantante todavía le quedan muchas fechas por cumplir hasta el 16 de diciembre, y si ya a estas alturas sale en esas condiciones, pues mejor pensarle en invertir en un cantante que no es garantía de un buen espectáculo.
#auditorionacional #luismiguel qué es esto, patético, Luis Miguel fuera de tono e imposibilitado para transmitir algo , en su arreglo de voz barrida, pausas y ausencias para matar el tiempo. Devuelvan el dinero pic.twitter.com/94EuWmEE34
— Laura Fernández (@lauraferndz) 5 de octubre de 2018
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