Sin embargo, muchos maestros contagiados por el cambio democrático del primero de julio están solicitando elecciones libres y democráticas para elegir al que sea el nuevo presidente del SNTE. En otras palabras, voto por voto, escuela por escuela. Lo que sí es seguro es que la maestra vendrá a barrer hacia fuera, la humillación y traición son ofensas difíciles de perdonar.
Y tenga por seguro que el tiempo que pasó en la cárcel, seguro le sirvió para hurgar un plan que le permita reivindicarse y volver a consolidar su poder. Aunque es cierto que la llegada de un gobierno republicano y democrático, tarde o temprano obligará al SNTE a buscar el sendero de la democracia.
No se debe de olvidar que el magisterio se ha vuelto más exigente con los líderes sindicales. Ya se verá más adelante si en verdad hay un espacio para la exigencia de democracia sindical. Un grupo importante así lo desea.