La Gaviota no tuvo nunca la candidez ni el carisma que se requería para el papel de primera dama. El colmo fue cuando la señora de Peña Nieto salió a defender a su esposo por el tema de la Casa Blanca y se puso a regañar a los mexicanos asegurando que ella era lo suficientemente solvente como para comprarse una casa que no tenía ni Obama.
Ahora que Salvador García Soto, columnista de El Universal revela que Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera se separaran legal y formalmente (hace dos años que no duermen en la misma cama), se confirma que la Gaviota sólo era una actriz a la que le pagaron por hacer el papel de primera dama. Pero su actuación fue pésima. Que no espere Angélica Rivera ninguna nominación al Oscar.