Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. Un pan y un refresco de cola son la comida diaria de Miguel Ángel Peña Mávil por falta de dinero.
El señor de 81 años es diabético, requiere medicamentos y debe controlar todo lo que consume.
Don “Migue” bolea zapatos en la calle Ignacio Zaragoza, afuera de un conocido hotel de la ciudad, para ganar unos pesos y poder pagar su renta.
Debe dos meses de renta. Su casera ya le dio el ultimátum: tiene 15 días para sacar sus cosas del cuarto, localizado cerca de la avenida Ruiz Cortines y de la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Tuvo cinco hijas y una esposa que lo abandonaron desde hace años. A sus “pequeñas” les dio todo, ahora son profesionistas.
La decepción amorosa quiebra sus palabras. Suspira. Recuerda que su expareja es 25 años menor que él, situación que pudo haber sido la causa de su partida.
El señor carece de una pensión. Hasta hace dos años, era beneficiario del programa federal 65 y Más.
Recibía poco más de mil pesos al bimestre que le permitían comprar algunos de sus medicamento.
Sin embargo, “de un día para otro”, le quitaron el apoyo económico, que entregaba la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) del gobierno federal.
Peña Mávil es betunero desde hace 32 años en ese lugar. Cobra solo 20 pesos por sacar brillo a los zapatos de una persona.
En ocasiones, la gente se acerca a él y le regala una caja de leche. El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Xalapa le dio una despensa y se retiró, fue todo el apoyo que recibió de su parte.
Otras personas le compran sus medicamentos.
Una señora le pidió una boleada. Él le cobró 20 pesos, pero ella le dejó un billete de 50, para apoyarlo.
El señor pide al gobierno que sea reincorporado al programa 65 y Más, para poder cubrir sus gastos, toda vez que no cuenta con familia que lo apoye y en pocos días podría ser desalojado de su hogar.
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