Xalapa, Ver. Al pronunciarse en relación a la matanza del 2 de octubre de 1968, la diputada Guadalupe Osorno Maldonado subrayó que a 50 años de esta masacre se sabe que en realidad este movimiento no fue desarticulado, sino que sembró las semillas que dieron origen a la transformación que ahora empieza.
En su intervención durante la sexta sesión ordinaria, la legisladora refirió que a la fecha todavía no está claro respecto a qué ocurrió, quién organizó el asalto, dio la orden, y cuál era su objetivo, dónde terminaron todos los desaparecidos de ese día. “También seguimos esperando justicia respecto a la matanza y a la tortura que sufrieron las personas que estuvieran presas”, agregó.
Dijo que la matanza del 2 de octubre de 1968 no fue la única que manchó la historia reciente. El 2 de octubre empieza una larga lista de crímenes de Estado, cuya última expresión se vivió en Nochixtlán, Oaxaca, hace dos años, como una forma de detener la protesta magisterial por la mal llamada Reforma Educativa.
Citó el Halconazo de 1971, Aguas Blancas, en 1995, la matanza de Acteal, de 1997; que fueron provocadas por el uso excesivo de la fuerza pública en contra de la manifestación popular, como un ejercicio de autoritarismo y represión de la propuesta.
Destacó la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, cuyo caso –consideró- fue uso excesivo de la fuerza pública que demostró la relación entre las fuerzas del Estado, en sus tres órdenes, y tanto civiles como militares y el crimen organizado.
Si bien esta historia terrible de asesinato, de tortura y del intento de extirpar la dignidad de quien lucha por un país mejor no va a cambiar, está en nuestras manos, y lo asumimos así, que esa sangre derramada no haya sido en vano y que juntas y juntos construyamos un país mejor, concluyó.
Previo al inicio de este pronunciamiento y a petición de la diputada Guadalupe Osorno, las diputadas y diputados, integrantes de la Diputación Permanente, guardaron un minuto de silencio en honor a las víctimas del 2 de octubre de 1968.