Un verdadero recordatorio maternal para todos los veracruzanos es la sentencia de nueve años para Javier Duarte. Resulta aberrante la manera en cómo se aplica la justicia en este país. Cómo es posible aún estén en las cárceles mexicanas delincuentes de poca monta por haberse robado unos víveres en un supermercado y le impongan una sentencia benévola a uno de los más grandes rateros del país en los últimos años.
No se descarta la idea de que Javier Duarte se reservó mencionar y empinar a Enrique Peña Nieto, con aquello del financiamiento a su campaña presidencial. Y pues con esta sentencia, pareciera que Peña Nieto lo protegió lo más que pudo.
Ojalá y el Congreso Federal cierre fila con la propuesta del PAN para presionar al gobierno de Guatemala y se le pueda fincar responsabilidades por desapariciones forzadas. Sin embargo, la tendencia es proteger al exgobernador.
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